Biodinámica
La vida es movimiento, la vida quiere vivir.
Este es para mi el principio de la sanación biodinámica.
Son muchos los aspectos que todavía no conocemos. Estamos intentando dar explicación a todo aquello que percibimos. Como seres humanos y con capacidad de racionalizar, nos hacemos preguntas. Y cada pregunta quiere una respuesta. Los humanos tenemos un gran recurso, la imaginación. Con ella recorremos todas las posibilidades buscando respuestas. Intentando entender.
Con la biodinámica no busco respuestas. Solo entrar en presencia para acompañar. La comprensión surge por si misma.
La vida es movimiento desde el primer soplo. El embrión empieza a latir y no para hasta la muerte del individuo. Y este movimiento está relacionado con un principio, “La vida quiere vivir”. En todo este proceso los organismos vivos se crean a partir de la información innata en la propia creación. El embrión crece y se forma independientemente de nuestro conocimiento de cómo ello es posible. Este organismo está siempre buscando un equilibrio en relación al entorno en el que crece.
Los humanos tenemos el sentido de la razón. Que nos da la posibilidad de modificar el entorno y nuestras vidas en función de la proyección mental con la que nos identificamos.
Esta razón no está separada del principio de supervivencia. La relación entre estos dos aspectos la encontramos en el plano emocional.
Las emociones están en el campo mental y las sentimos en nuestro cuerpo. Cómo nos relacionamos con nuestro entorno, cómo creamos con nuestra mente, nuestro cuerpo se activa y reacciona.
El desfase entre lo que se está viviendo ahora y aquello que proyectamos con la mente, patrones sociales y familiares adquiridos, traumas que se quedan atrapados y aspectos biológicos del entorno, son la fuente de las disfunciones orgánicas, psicológicas y espirituales.
El campo de relación con la vida, es con el que tenemos el contacto biodinámico.
La dinámica de la bios, en este preciso instante. Este es el movimiento con el que nos encontramos cuando contactamos con la persona que viene a la consulta para tratarse. El cuerpo siempre está en estado presente. Siempre muestra, ahora, donde se encuentra la persona.
Para acoger aquello que surge de este contacto, es necesario salir del juicio y la interpretación. No se busca un diagnóstico. No se busca un resultado concreto. El organismo siempre está buscando el equilibrio. Su propio equilibrio. No hay nada que se imponga a la persona. No hay manipulación.
ALFONS MOLINA
A los 30 años empecé a dar cursos de formación en terapias en diferente lugares. En Barcelona, Girona, Jerez de la Frontera, México.
Actualmente, la formación que estoy compartiendo es centrada en el Contacto Biodinámico.
Cuando alguien se siente escuchado más allá de las palabras, del juicio y la interpretación, se abre y encuentra un lugar de liberación de energía acumulada por patrones y situaciones traumáticas que se han quedado atrapadas en el organismo. Este organismo siempre busca coherencia biológica y aumenta la potencia interna para superar las barreras que le impiden llegar al equilibrio
En el acompañar hay mucha potencia y ayuda a muchas personas en su proceso de recuperación. Cuando entendemos este concepto lo podemos aplicar en todos los aspectos de la vida, en nuestro trabajo cotidiano, en nuestra relación con otras personas.
El concepto en sí es muy simple: entra en presencia, escucha sin juicios y deja que todo tu cuerpo y todo tu Ser actúen, deja que el Ser y el cuerpo del otro actúe. El ingrediente principal, la confianza. Confianza en aquello que ya somos más allá de nuestras proyecciones mentales sobre nosotros y los otros. Lo que si que os puedo decir, es que esta confianza nos lleva a una quietud sanadora.
En su aplicación en consulta, nos encontramos con un amplio campo de acción. Desde una molestia tensional en el cuerpo, migrañas, problemas estructurales, bioquímicos, psicológicos y espirituales ó acompañando en procesos de enfermedades graves en su recuperación o en el paso a la muerte.
La forma de aplicación, la persona estirada en la camilla o en otras superficies cómodas. El practicante aplica un contacto suave en diferentes partes del cuerpo, puntos de escucha, para percibir la dinámica del cuerpo. Lo más importante, la presencia y la obertura a aquello que va surgiendo del paciente.
Esta técnica no libera a nadie de nada. Solo uno mismo se puede liberar. Acompañamos una parte del proceso de vida de la persona, tal como esta nos viene a ver a la consulta.